Al ver cómo han dejado los jardineros municipales los alcorques de una plantación de cinamomo (Melias Azederach),
tras pasarse un par de mañanas azada en mano, con el terreno tan
mullido, he recordado una fotografía que tomé hace unos meses de otro
alcorque, plantado con un naranjo a cuyos pies crecía una poderosa masa
vegetal de juncia o castañuela (Ciperus rotundus). En aquel preciso instante, con la perspectiva adecuada, me pareció que tenía cierto toque de jardín con diseño minimalista.
Alcorque con juncia o castañuela (Ciperus rotudos)
Esta
afirmación puede parecer un tanto exagerada pues lo cierto es que la
juncia es uno de los horrores que se manifiesta a jardineros y
agricultores como planta espontánea. Es una especie vegetal sencilla de
reconocer porque sus hojas tienen forma de trígono, es decir, que
disponen dos alas del limbo con cierto ángulo con respecto a la
nervadura central. Esto es igual en su pariente no muy lejano el papiro (Ciperus papirus),
muy utilizado en paisajismo como planta ornamental asociando a
estanques o cualquier otro tipo de medio lacustre. Es curioso que en
función del papel que cada especie desempeña la primera tenga el defecto
de ser considerada espontanea y la segunda la virtud de tener gran
valor ornamental.
Tampoco voy a establecer las
bases sobre una nueva concepción filosófica a este respecto debido a que
soy el primero que me las he visto y deseado para eliminar a la juncia
de un terreno. El uso de herbicidas y de azada para la erradicación
del suelo en el que se ha establecido deja un resultado prácticamente
nulo porque establece bajo el sustrato un entramado radicular con nudos
bulbosos, a forma de rosario, con capacidad para volver a crecer y
desarrollarse en el momento oportuno. La única forma para una
erradicación efectiva es mediante el movimiento de tierras por medios
mecánicos de los primeros 20 centímetros de terreno donde se encuentra
establecida la planta para, posteriormente, sustituir el suelo por un
volumen igual de tierra vegetal libre de semillas con hierbas no
deseadas en el jardín.
Por ponerle una debilidad, sería que
prefiere aquellas zonas del jardín donde el sustrato es más húmedo, por
eso es conveniente revisar bien el sistema de riego para que no tengamos
excesos o averías que provoquen su aparición.
Los porqués de parecerme que crean un alcorque de diseño contemporáneoson
los siguientes, por un lado, que es la única especie que se observa
bajo el naranjo, una sola planta que crece de forma homogénea y toda a
la misma altura, por otro lado, la propia geometría impuesta al
alcorque, rectangular, cuadrada o circular. Este nexo de circunstancias
le confiere al conjunto equilibrio. Si lo comparamos con otro alcorque,
uno en el que crecen variadas especies herbáceas, entre las que existen
claros, vemos que carece por completo de dicho equilibrio.
Alcorque con hierbas variadas y espacios vacíos
Y es que
uno de los elementos más antiguos del jardín, que más vueltas ha
sufrido, que continua renovándose, reinventándose, es el seto. Son
muchos los jardines actuales que ceden el protagonismo a una escena
compuesta por una retícula geométrica y por un único elemento vegetal
formando diseños contemporáneos de esculturas vivas.
Si en estos
momentos hay algún jardinero leyendo estas líneas y se está llevando
las manos a la cabeza por comparar un alcorque todo lleno castañuela con
un diseño contemporáneo del paisaje no me extraña nada en absoluto. Es
más, lo entiendo perfectamente. Tan solo deseaba hacer una reflexión
sobre lo que puede llegar a parecer una masa vegetal en función del
enfoque que queramos darle. Reflexiones a parte, aún sigo pensando que
un alcorque que está bien mantenido debe presentar el siguiente aspecto
;)
Alcorque trabajado con azada
fuentes: http://plantas.facilisimo.com/blogs/diseno-jardines/alcorque-de-diseno-contemporaneo_1283667.html
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